Los avances tecnológicos están consiguiendo logros que hasta hace poco nos parecían propios de la ciencia ficción. Es el caso de la aplicación Word Lens, que funciona con Google Translate 3.0 transformando cualquier dispositivo móvil de Android en un traductor instantáneo en el móvil que funciona simplemente enfocando la cámara sobre cualquier texto. Ese cartel en chino ya no es algo indescifrable: puedes saber lo que dice en unos segundos.
Word Lens traduce automáticamente casi 40 idiomas, solamente enfocando el texto con la cámara de tu móvil
Ya no hace falta escribir lo que queremos traducir en tu teléfono o tablet: basta con situar la cámara sobre cualquier texto, sin importar su ubicación o complejidad, y el traductor se encargará de mostrárnoslo en el idioma deseado. Así de sencillo. Para ello no hace falta estar conectado a Internet, ya que su funcionamiento es offline. Además, tiene otras ventajas: funciona en móviles 3G y 4G y es completamente gratuita.
Google Translate, el traductor más utilizado del mundo
Al principio Google Translate no era un traductor muy fiable pero, gracias a las continuas mejoras y al aporte de los usuarios, que pueden sugerir las traducciones más acertadas en casos concretos, cada vez funciona de forma más afinada. Y no para de incorporar nuevos idiomas, hasta ahora un total de 38. Se calcula que en la actualidad, Google Translate se utiliza unos 500 millones de veces al mes, lo que lo convierte en el traductor más utilizado del mundo.
¿Qué pensáis de este avance? ¿Creéis que dentro de poco ya no necesitaremos aprender idiomas y que Google hablará en cualquier lengua foránea por nosotros? Desde luego, para tus próximas vacaciones este nuevo invento te será de lo más útil. Ya no tienes que preocuparte si te vas a Suecia o a Corea del Sur, sabrás si ese local tan moderno es una tienda de ropa o un club nocturno.
Para promocionar esta aplicación durante el verano, Google ha lanzado un simpático vídeo en el que sus empleados utilizan la herramienta para traducir ‘La Bamba’, la archiconocida canción de Ritchie Valens.